sábado, 1 de noviembre de 2008

Carta a Emilio Azcarraga Jean

COSQUILLAS AL CORAZON

CARTA A EMILIO AZCÁRRAGA JEAN
Margarita Robleda Moguel

Dicen que: “Hijo de tigre… pintito” y parece que con Ud., tuvieron razón. ¡Qué paquete le tocó! ¡Uf! Y así, de un día para el otro, al frente de semejante emporio. Seguramente las aves de mal agüero, hicieron sus predicciones fatalistas. Pero el “pintito”, salió avante: apago estrellas, encendió otras; estampó su sello y, como quiera que sea, Televisa siguió creciendo a pesar de los detractores.
Soy una rana vestida de niña que lleva más de 30 años de cantar y contar cuentos a los niños y a las niñas. Tranquilo, no busco trabajo. Gracias a Dios tengo más que suficiente dentro y fuera del país. Es la libertad de los años en los caminos y el amor a México lo que me impulsa a escribirle, como el mes pasado lo hice con Sr. Carlos Slim. En lugar de preocuparme, quiero ocuparme haciendo lo que se: ver cosas que aparentemente no son tan visibles para otros, quizás por las prisas y luces de neón. Así pues, veo políticos atorados en el hueso, veo demasiada tristeza a nuestro alrededor; veo que somos nosotros, los ciudadanos comprometidos con el país, los que lo impulsaran a salir adelante.
Seguramente Ud. es conciente del poder de su empresa. Es increíble que, un “guey” de otro rollo, les comparta a su público, la visión de sí mismo, y peor aun, que nuestros cachorros la hayan adoptado. México necesita tigres, panteras, hormigas, jaguares… ¿Qué podemos hacer?
Lo invito a participar en el rescate de nuestro país. Lo invito a hacer conciencia de la trascendencia de su programación. No se trata únicamente de ganar más dinero que otros gozarán, porque Ud. jamás podrá gastar el que ya tiene, a costa de adormecer a nuestra gente con chismes de sabanas, de engañar a los jóvenes sobre el cortejo, con esos doce corazones hormonales, de llenar sus espíritus de violencia, frustración, miedo, soledad, que tarde o temprano nos pasaran la factura.
Veo que a través de las telenovelas tocan temas de reflexión y lo felicito. En el pasado, campesinos sin estudios hablaban mucho mejor que algunos universitarios de hoy en día, porque los locutores de radio y televisión, tenían cultura y por lo tanto, un lenguaje mucho más variado y rico. ¿Ganamos o perdimos?
Lo invito a trascender en la historia de México. Saquemos juntos “al guey de la barranca”; que salga el Caballero Tigre que palpita en su corazón y que lo lance a participar en esta gran batalla cuyo beneficiario es, en primer lugar, México y por ende: nosotros. La violencia de nuestras calles es apenas la punta del iceberg. ¿Contamos con Ud.? margarita_robleda@yahoo

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