Cuentos, poemas, adivinanzas, preguntas, conferencias, cosquillas a las neuronas y al corazón
sábado, 1 de noviembre de 2008
Los viajes ilustran
MÉRIDA - Opinión. 16/09/2008
La violencia no es gratuita
Los viajes ilustran
Por Margarita Robleda Moguel
Viajar es salir al encuentro de otros mundos, es abrir ventanas y la posibilidad de asomarnos de puntitas a otras vidas: qué comen, cómo viven, festejan y arreglan sus diferencias. No se puede regresar igual después de un viaje, de la misma manera que no se puede permanecer el mismo después de leer un libro o de conversar de corazón a corazón.Este septiembre, la cosecha de 30 años de caminos me ha organizado un itinerario muy variado. Comencé en Nueva Jersey, con un taller para maestros bilingües. Éstos tenían cara de junio, con el peso del año cursado, en lugar de la de septiembre, después de un rico descanso y el entusiasmo del inicio de año. Percibí las divisiones entre países y la tristeza de un sueño americano venido a menos. “¡Mi vida! —me dije—, éstos son los que van a recibir a nuestros niños y niñas en su llegada a estas tierras”.El taller comenzó con la invitación a ponernos en los zapatos de los chiquitos. “Ya estás aquí. ¿Alguien te preguntó? ¿Te pidieron opinión? Escribe el nombre de cinco personas o cosas que más te dolió dejar...”.Cuando perdemos de vista la meta, comenzamos a ver los obstáculos. Este sencillo ejercicio, transformó el ambiente de los 60 maestros y maestras que nos encontrábamos en el salón. Los conectó a su propio dolor de dejar a ¿su gato?, a su abuelita, al señor que vendía paletas de limón en la esquina de su casa. Se diluyeron las fronteras, se hermanaron nuevamente, se tejieron puentes de empatía entre ellos y con los niños y las niñas próximos a llegar a sus salones de clase. Se recuperó el sentido del quehacer.Pensé en nuestra tierra tan dividida por las clases sociales, por las simpatías políticas, aun en los mismos partidos; por los juicios y las sentencias al otro, al diferente. Me pregunté si seríamos capaces de ponernos en los zapatos del otro. Ese que está matando sin ton ni son... ¿qué nos dice? Está vomitando a diestra y siniestra su dolor. ¿Cuál es mi cuota? Porque, según lo veo, esta violencia que estamos viviendo es sólo consecuencia de lo que hemos hecho y, también, de lo que dejamos de hacer, de lo que permitimos.En este momento, la programación de septiembre me trajo a la XI Feria del Libro de Saltillo, Coahuila. Durante toda la semana, los habitantes de esta comarca tendrán oportunidad de conocer a autores de primer nivel: conferencias, talleres, presentaciones de libros y espectáculos para todos los gustos.Los autores coahuilenses tienen un espacio especial para presentar ante propios y extraños sus propuestas. Alejo Carpentier es el festejado, por lo que todos los días diversos especialistas ahondaran en su obra.Sí, los viajes ilustran. En los Estados Unidos me enteré de que el alcalde de la ciudad de Detroit, se va a la cárcel por faltar a la verdad. La Cámara de Comercio de esa ciudad, presionó diciendo que: “Quién va a querer invertir en una ciudad en la que no se tiene confianza”. A otro señor, por andar comprando favores de los senadores en beneficios de empresas, le dieron seis años.La violencia no es gratuita ni se soluciona con rifles ni más cárceles. ¿Cuántos de los hampones que hoy nos aterrorizan únicamente disfrutan de la impunidad que, de una manera u otra, hemos permitido y organizado nosotros? Si bien es cierto que hay que consignarlos a ellos y a sus jefes, también es verdad que para luchar contra la violencia necesitamos más escuelas con maestros y maestras mejor capacitados y comprometidos para ponerse en los zapatos de sus alumnos; invertir más en espacios deportivos y culturales, bibliotecas, ferias de libros, como fiesta de los amigos. Fortalecer programas como “Coraza Juvenil”, más allá de la firma de convenios. Reconocer nuestra parte del pastel.Por lo pronto, después de esta brincadera que me falta del mes de septiembre: Guayaquil, Ecuador y Guatemala, estoy encantada porque tengo una cita con los niños y las niñas a los que les canté hace 30 años en el “Mundo de Margarita y Chavita”, dentro del Otoño Cultural de octubre, en mi Mérida amada, para cantar y seguir reflexionando de qué se trata todo este xek.—
Saltillo, Coahuila.
margarita_robleda@yahoo.com
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