Esta será mi tercera visita a ese país centroamericano. En la segunda visita, participe en la feria del libro y tuve el gusto de conocer a Chespirito, que contra mis ideas preconsebidas, resulto un hombre generoso que se aguantó las horas interminables de autografos y los abrazos calurosos que sus entusiastas seguidores le propinaban para manifestarle su adoración.
¿Qué sorpresas me aguardan ahora? Será muy lindo conivivir con don Mario Argueta, poeta con una gran trayectoria, director de la biblioteca nacional, con Francisco Alarcón, luchador social que promueve enfrentar las leyes migratorias con ideas, propuestas, con poesia. Y sobre todo, con mi querido Jorge Argueta, poeta entrañable al que me uno para apoyarlo , en esta ocasion, y aterrizar su sueño de llevarle a los niños y a las niñas salvadoreños, bocanadas de aires frescos, ideas para ser estrenadas, y risas, muchas risas para zurcir la esperanza.