martes, 2 de junio de 2009

CON MELON O CON SANDIA
Margarita Robleda Moguel

“A la víbora, víbora de la mar, de la mar, por aquí pueden pasar, los de adelante corren mucho y los de atrás se quedarán, tras, tras, tras…”
No creo que el pueblo sea el de adelante, más bien, cómo se ven las cosas, cada vez nos estamos quedando más atrás, tras, tras.
¿A quién le vas? ¿A melón o a sandía? ¿Hay alguna diferencia? ¿Por quién vamos a votar? ¿Por los más guapos, guapas? ¿Por el especialista que les dio su ayudadita en photoshop? ¿Por los que dan las tortas más ricas? ¿Los que hacen más ruido? Las propuestas se calcan, igual que la exhibición de basura. Unos y otros se desacreditan, sin darse cuenta que al hacerlo nos quitan las ganas de ir a votar. ¿Será que eso quieren?
El problema viene desde el inicio. Desde su selección para representar a su partido. En este virus de desconfianza que nos enferma, uno no sabe si fueron elegidos por compromisos con los grupos, por presiones, como premios, por parentesco, por buscar el control, porque si, porque no… lo que sí no queda muy claro, es si fue por su capacidad, preparación, por su compromiso con el estado, con México. Los elegidos serán los responsables de promover y defender leyes que beneficien al estado, al país, que nos fortalezcan e estimulen a crecer. Tendrán el compromiso de luchar contra los que buscan imponer únicamente el beneficio de unos pocos. ¿Serán consientes de ello? ¿O únicamente buscan las ventajas del puesto, el salario y prestaciones, la promoción para brincar al siguiente escalón?
Hace unos días volé a Chicago invitada por una feria del libro en español. En el aeropuerto del Distrito Federal me pasaron por una pantalla para medirme la temperatura y constatar mi buena salud. ¡Esa sería la solución! Me dije. En tiempos electorales, necesitamos una maquina medidora de integridad. Tan sencillo como eso. ¡Basta de tantas mentiras! ¡Basta de diseñadores de imagen! Con este aparato, los votantes sabríamos exactamente por quién estamos votando. Ya ven lo que dijo Miguel de la Madrid, de cómo estaba arrepentido por haber elegido a Salinas de Gortari como sucesor, que realmente no lo conocía, que nunca imagino lo que haría, y sobre todo, hasta dónde llegó su hermano. Si a esas vamos, quizás tendríamos que incluir el pasar por la maquina a los parientes cercanos. Claro que luego habría algunas sorpresas, como los Bribiesca que llegaron a serlo después de la elección. De haberlos “calado” antes, nos hubiéramos ahorrado un buen de millones y corajes por la impotencia de la impunidad.
Señores candidatos y candidatas. La verdad, es que no sabemos por quién votar. Quisiéramos ver su rostro verdadero, que nos hablen de corazón a corazón, de inteligencia a inteligencia. Nos alentaría mucho saber que se preparan para una labor tan difícil como es legislar. Que toman cursos sobre ética, filosofía, economía, historia de México, de Yucatán y la riqueza de sus culturas; de la maya, más allá del comercial promotor de turismo. Que se preparan para integrar al país en un mundo cada vez más pequeño y competitivo, con información, visión, independencia, solidaridad y compromiso. Qué más allá de las propuestas inmediatas, no podemos perder de vista la planeación a largo plazo en educación, investigación científica y promoción tecnológica; aprovechamiento de las energías limpias. Es increíble el nivel de riqueza que poseemos y al mismo tiempo, la pobreza que nos agobia. ¿Cuándo comenzaremos a aprovechar la fuerza de nuestro sol, de nuestro aire, de los millones de kilómetros de tierras abandonadas por falta de capacitación, de apoyos más allá de la foto promocional del gobernante en turno?
Si así lo hicieran… entonces sí, con nuestro voto razonado y Uds. al frente, que nadie, nadie, se quede atrás, tras, tras.
margarita_robleda@yahoo.com

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