NO HAY QUINTO MALO
Margarita Robleda
Moguel
Dicen que “no hay quinto malo…”.
En este caso, lo único bueno es que nos libramos de padecer un sexto año. ¡Qué
pesadilla! ¡Qué impotencia! ¡Qué indignación! Denise Dresser lo sintetiza
magistralmente en su articulo: “En venta al mejor postor”: “Es secreto a voces
pero difícil de comprobar. Lo que todos dicen saber pero resulta imposible de
verificar”.
¿Qué nos van a informar? ¿Cuántos
cientos de millones se invirtieron en “ganar” la presidencia del país en lugar
de elevar la calidad de vida de los habitantes del estado? ¿El nivel de desnutrición de los niños, de
las mujeres, de los mayores? ¿La caída en la educación? ¿Cuánto de este dinero
se fue en más “circo” que pan, en cuentas confusas y duplicadas? ¿Cuántas
nuevas comadritas se adquirieron en el canal de las estrellas? ¿Cuántas
hectáreas se repartieron? ¿El alza en los suicidios de jóvenes enfermos de
desesperanza? Un hospital regional que “pudo haber sido…” ¿Cuántas primeras
piedras? ¿Cuántas deudas por pagar? ¿Cuántas conciencias compradas? ¿Cuántos
silencios amedrentados? ¿Cuánta tristeza de los yucatecos y yucatecas ante lo
inexplicable; la frustración? ¿Cuál es el premio a nivel nacional “mercado” con
nuestras carencias? ¿Qué bala se llevó nuestro tren?
Es una pena. Sí. Una verdadera
pena. Pero ¿saben señoras y señores, jóvenes? La violencia es simplemente
consecuencia. “Siembra vientos y cosecharas tempestades”. ¿Qué hemos aprendido?
Si no lo tenemos claro seguiremos repitiendo la historia, como disco rayado,
una y otra vez, hasta el final de los tiempos.
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