lunes, 4 de febrero de 2008

A manera de rebeldía

Diario de Yucatan
MÉRIDA - Opinión. 25/11/2007

A manera de rebeldía
¿Por qué leer?Por Margarita Robleda MoguelQuizás porque la exuberancia de la primavera pasó de largo, el verano y sus calores amainaron y el otoño nos cobija e invita a la reflexión, porque sí, porque no... el último mes ha sido un verdadero carrusel alrededor de la lectura en lugares muy diversos.Comencé con el Congreso de Lectura 2007 “Para leer el siglo XXI” en La Habana, Cuba, donde nos encontramos especialistas de todo el continente y España alrededor de la pregunta: ¿Cómo invitar a leer a las nuevas generaciones? Desde México hasta la Patagonia fuimos compartiendo nuestras preguntas, sueños y aterrizajes: nuestras preocupaciones.De ahí brinqué a un colegio en Monterrey, donde se ha hecho un trabajo sensacional y llevan 11 ferias del libro y los niños y niñas se preparan y ahorran por el enorme placer de elegir libros.Para mi sorpresa, el trabajo de autor es reconocido y apreciado, por lo que las presentaciones fueron una delicia que estimula a continuar en la batalla. Dentro del Festival de la Palabra en el Distrito Federal participamos con un trabajo sobre la importancia de promover la lectura ante los coordinadores de la promoción de la lectura de los estados.“¿Qué puedo decirles a ustedes que no sea su batalla de cada día? —les pregunté—. Esta presentación se tendría que hacer a las autoridades que muchas veces, al no ser lectores, deciden a ciegas y, otras, con reflexiones tan profundas como 'de tin marín de do pingüé...' algo tan trascendental como es el alimento de nuestra mente, de nuestro espíritu; del estimulo que nos mueve”.Un pueblo que no lee no tiene memoria, no reflexiona, no analiza, no evalúa, no aprende, no tiene puntos de comparación para tomar decisiones. Seguirá siendo esclavo; ayer de opresores más fáciles de distinguir; hoy, entre otros, del consumismo que nos carcome el alma.Del Distrito Federal brinqué a Tuxtla Gutiérrez con la invitación de abrir fronteras: “La mente se parece a los paracaídas, sólo si se abre funciona”, frente a 300 maestros y maestras responsables de los 31 Centros de Educación Continua de ese estado. Su deseo de aprender me llenó de entusiasmo, fortaleció mi esperanza.Y por último, en este brinca brinca para compartir el gozo por la lectura, mérito, más bien, de unos abuelos y padres lectores, llegué la IV Feria del Libro de la Biblioteca de Savannah Gorgia, cuya comunidad es consciente de la importancia de leer y patrocina este evento anual donde se invitan a 10 autores de los Estados Unidos, uno de Canadá y por segunda ocasión a esta una, de México.Lugares diversos, convocados por instituciones distintas, patrocinados de maneras varias, una sola preocupación: ¿cómo acercar a chicos y grandes a la lectura? Ante la catástrofe de Tabasco y el ofrecimiento del presidente Calderón de invertir 20,000 millones de pesos, sin quitarle ni un ápice al apoyo de nuestros hermanos y hermanas tabasqueños, me preguntaba: ¿qué podríamos hacer con una suma semejante? ¡Nada es gratis! Hay que invertir.¿Qué pasaría si nuestras autoridades reconocieran la trascendencia de la educación, si realmente nos comprometiéramos con el futuro de México promoviendo la ciencia y la tecnología, las artes y la formación humana? ¿Cuánto se necesitaría invertir si reconocemos honestamente el lugar que ocupamos en el ámbito internacional? ¿Arriba de Haití? ¿De Honduras? Se hacen intentos, pero me pregunto si evalúan de verdad, si... Si realmente existe conciencia, visión, compromiso y no únicamente la consigna de llenar un reporte: “de cumplir”.¿Por qué leer? Cada quien tiene que encontrar su respuesta. Un sobrino le dijo a su mamá: “A mí me gusta leer nada más lo que me gusta”. Sabiduría pura. Lo importante es ofrecer un menú amplio y variado donde cada quien encuentre su fuente para continuar abriendo puertas y ventanas al universo exterior y a la infinidad de universos que existen en nuestro interior.A final de cuentas, los autores sólo somos personas que queremos compartir nuestras aventuras, romances, miedos, misterios, descubrimientos, preguntas, investigaciones, poemas y juegos de palabras, entre otros. Las bibliotecas tendrían que llamarse “casa de los amigos”, porque unos son los amigos que visitan a los otros que ahí esperan para compartir su bagaje.A final de cuentas hay que leer como una manera de rebeldía, como una afirmación; como un acto de supervivencia, de permanencia, de lucidez, para reconocerme y reconocer al otro, a la otra, pero sobre todo, leer como un inmenso acto de amor a nosotros mismos.— Mérida, Yucatán.
margarita-robleda@yahoo.com
http://margaritarobleda.blogspot.com/

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