MOTIVACION PARA EL TRABAJO VOLUNTARIO
VOLUNTARIADO NACIONAL
COCOYOC MORELOS a 3 de Marzo de 1994
Margarita Robleda Moguel
Dicen los estudiosos que la vida cambió cuando el hombre logró dominar el fuego utilizándolo para su beneficio.
Durante miles de años, la mujer ha ido guardando información en su corazón; siempre presente, atenta, dispuesta, pendiente, abierta... porque ¿saben?, estoy segura de que fue un ella la que logró atrapar el fuego en su preocupación por mantener calientita la cueva donde dormían sus cachorros; como ha de haber sido una ella, la que ideó las primeras vasijas para guardar el agua en lugar de ir a beber directamente al arroyo. Y debe de haber visto como los mamíferos alimentaban a sus crías y comenzó a atraparlos, no por el premio inmediato de su carne, sino por la posibilidad de tener cerca y siempre leche fresca. Y si el hombre iba de caza y tardaba días y noches completos sin regresar, y la familia comenzaba a sentir las punzadas del hambre... seguramente fue un ella la que molió los granos que crecían silvestres a la entrada del hogar y descubrió que mezclando ese polvo con agua, se hacía una pasta que podía cocer sobre una piedra caliente, surgiendo así, el primer pan nuestro de cada día.
Y estoy segura de que observando las estaciones, el movimiento del sol, la presencia y las ausencias en cuartos crecientes y menguantes de la luna, comenzó a sembrar esas semillas que dejaron de ser silvestres para convertirse en un producto planeado que con el tiempo transformó la vida de los hombres y las mujeres, de los niños y de las niñas, hasta nuestros días. Le puso nombre a las cosas que veía a su alrededor e inventó los primeros números para tener ubicado a sus cachorros. Seguramente fue una ella la que inventó las primeras palabras que tenían que ver con las necesidades de los demás; los arrullos se volvieron rondas y rimas, canciones y leyendas.
La mujer desde entonces, desde siempre, ha guardado toda esta información en su corazón y lo mismo sabe de como curar un catarro con caldito de pollo y agua de limón, como sacar lombrices con thes de epazote, como cambiar una llanta o remendar heridas en la rodilla o en le corazón; como manejar una cuenta bancaria en receso o en abundancia y administrar algo tan variado y exigente como un hogar.
Es pedagoga, mecánica, electricista, administradora de empresas, salvavidas, modista, secretaria, chofer, proveedora, ángel de la guardia, mamá, doctora corazón, memoria, conciencia y etcétera con todos los etcéteras del mundo; porque además de todo, debe ser linda, educada, paciente, amable, bien hablada, bien portada, decente, inteligente, de buen carácter y gran corazón.
¿Y que sucede? ¿Donde está esa maravilla de ser humano que es la mujer?
A partir de su experiencia de siglos por mantener la cueva calientita y en orden, la mesa abundante y balanceada; la mujer ha demostrado cuando ha tenido oportunidad, que puede ser una excelente administradora pendiente de ínfimos detalles ocultos al ojo masculino, especialmente de aquellos que tienen que ver con sentimientos y personas.
Aparentemente ha estado oculta tras bambalinas y la historia, mientras los historiadores que la escriben sean hombres, poco dirán del papel primordial de la mujer en el curso de la misma.
Mujeres públicas como una Isabel de Castilla jugándose la corona, las joyas y la buena honra, en pos de una quimera, la loca aventura de encontrar una ruta nueva hacia las indias. O historias ocultas de mujeres anónimas que trasformaron las especies, regalos del nuevo mundo, en platillos que han regresado a nosotros en forma de espagueti a la boloñesa, en papas a la francesa, o en un peligroso pastel de chocolate.
Fue la mujer la que durante miles de años, mantuvo para sí los secretos y maravillas de la concepción, ya que el hombre bien a bien desconocía cual había sido su participación. Y aún hoy en día el concepto de la paternidad parece contradecirse. Son sus hijos en sus diez minutos de bien portados, cuando ellas están vestidas de moños y arandelas y los chavos ganan el partido de fut; son nuestros, cuando hacen berrinche y tienen catarro.
Cuando se me invitó a participar en este encuentro anual del Voluntariado Nacional, traté de imaginar cuál era el público al que iba a dirigir y fue cuando me sorprendió la cantidad de mujeres a las que conocía o con las que había tenido algún contacto en el transcurso de los años.
Y el tiempo se esfumó y del baúl de los recuerdos surgió la imagen de doña Anita Ocelli que se reunía cada semana en casa de mi tía Marianela, la hermana de mi papá, con su grupo de señoras a preparar canastillas para recién nacidos de escasos recursos; en el regreso del tiempo, me fui a las veces que he saludado a Lucila Adame en los pasillos del aeropuerto en sus giras por el país y que me han hecho pensar, que lástima que yo ando girando por otro lado y que no coincidimos en el destino para haber disfrutado juntas el camino.
Si dibujáramos un mapa a lo largo y ancho de la república mexicana, y comenzáramos por el estado de Yucatán, nos encontraríamos con Florinda Peniche que si bien estrena el puesto de presidenta del Dif Estatal, no lo hace en la preocupación por crear una escuela para padres, sobre todo en el interior del estado donde tanto la necesitan. Pensé en Isabel de Villanueva a quién mandamos en estos momentos difíciles un abrazo y en Lydia de Azahar en Campeche. Esta última me entregó en 1991 el Premio Nacional de Cuentos para Niños. Y continuando en el sureste de México, en una tierra que además de otras cosas es cuna de poetas desconocidos, se encuentra la señora López Moreno, Efi de cariño, a quién mi mejor amiga, que resultó prima de su prima, le manda conmigo porras y cariños a los que estoy segura nos unimos todas.
Y nos acercamos al Distrito Federal y muy cerca de él, en el pequeño estado de Tlaxcala, se encuentra una mujer maravillosa que se llama Verónica Razcón, la que desde hace años y desde entonces y desde siempre anda con un proyecto nuevo, una propuesta, una inquietud, o como dirían los poetas, estrenando un sueño.
No he tenido oportunidad de tratar a la señora Barrio, pero sí, a mujeres muy valiosas como las Schmall que forman parte de su equipo.
También pensé en las que ya no están, pero que su trabajo les permitirá estar siempre presente en nuestra memoria y que al mencionarlas, abrimos círculos sexenales, afirmando que las mujeres somos de siempre, no de periodos administrativos, como la incansable Amorita Wesphal y Dulce Riancho de Sauri. Verdaderamente me sorprendió doña Dulce metiéndole tantas ganas y que no me oiga mi mamá, ni las de su generación, pero doña Dulce parecía una chiquita junto a ellas por andar en eso de las carreras de la vida en el quehacer por los demás. Recuerdo el entusiasmo de Nahima Amar de Joaquín en la construcción del centro de la comunidad de Sectur y las veces que fuimos a la comunidad a compartir con las mamás las posibilidades de jugar con sus hijos. Y fue entonces cuando recordé a Erika de Martinez Villicaña, cuando decidió con ese entusiasmo que la caracteriza, que el mejor regalo que les podía dar a los niños del Cendi de aeropuerto era que sus mamás aprendieran a jugar con ellos.
Y la lista parece no acabar, dentro de las instituciones federales, pienso en una Maria Angélica Miner, cuya inquietud por los niños de los hospitales, se trasformó en un libro de rimas en el que jugando jugando, se le explica que no tiene por que temer, que así como los coches entran al taller, a veces, necesitamos reparar nuestro cuerpo... Consuelo de Alzati, siempre sonriente, siempre gentil, conciente de que México necesita dejar de importar tecnología y ante la urgencia de que nuestro país produzca científicos... se preocupa en el cómo entusiasmar a los niños en la ciencia. ¿Como hacérselas cercana?
Conchita Molina de Alcérreca es una mujer alegre y entusiasta que a todos nos contagia en su deseo de hacer cosas por los demás.
¿Qué tiene que ver todo este recorrido turístico, sentimental, nostálgico e institucional con el tema que hoy nos reúne? La verdad es que al ver la extensión de la lista, cualquiera diría que estoy en la política con grandes posibilidades mínimo de una diputación... No. Todo esto habla un poco de la calidad de las mujeres que integran este grupo. A todas ellas y a las que me faltaron, y que espero muy pronto tener oportunidad de conocer, es posible encontrarlas siempre alrededor de la música, de la literatura, de la preocupación por los niños, las mujeres, la familia, los valores, el planeta... la sobre vivencia armoniosa de la especie humana. ¿Que es lo que todas tenemos en común? Simplemente, somos mujeres, con inquietudes y preocupaciones; con amigas y parientes; con alegrías y tristezas, luces y oscuridades, cumbres y abismos. Debajo de nuestras sedas y maquillajes, encontraremos a una mujer, de la que de alguna forma no se esperaba demasiado, bastaba, mantener la cueva calientita para los cachorros, mantener la línea, mantener el buen carácter y el sentido del humor. Parecería que lo único que nos tocaba era mantener algo y debo decir que somos afortunadas, porque en muchos medios les toca, ¡hasta mantener al marido!
La mujer mexicana de fines de siglo, faltando alrededor de 2 000 días para iniciar el nuevo, despega de esa programación exclusiva de mantenimiento y se lanza a conquistar espacios. Y es así como podemos admirar el trabajo y arrojo, de una Maria de los Ángeles Moreno, Ángeles Mastreta, de una Beatriz Paredes, de Maria Elena Chapa o una Angélica Luna Parra, a quienes cuando veo en los medios, no puedo dejar de maravillarme y sentir orgullo de que una como yo, una de mi género se encuentre en esa posición con una propuesta, abriendo brecha para que nuestras hijas puedan aterrizar sueños con mayor facilidad que nosotras.
Andres Gide escribió: "Todas las cosas ya se han dicho, pero como nadie escucha, es preciso comenzar de nuevo". Es por eso que hoy nos reunimos a platicar, a compartir preocupaciones y sueños, nada de lo que diga es nuevo, "no existe nada nuevo bajo el sol" dice el Libro Sabio y tiene razón, pero también es cierto que es muy sano comenzar de nuevo y repasar lo que una y otra vez se nos ha dicho sobre la búsqueda de la felicidad y el sentido de la vida; para ver, si a fuerzas de repetírnoslo, algo se nos pega, y nos brinda un poco de consuelo. Las invito pues, a hablar de esas cosas pequeñas aparentemente sin importancia que la mayoría de las veces hacen la diferencia. Como son un gracias, un vaso de agua fresca, un pan recién horneado, un dale, dale, dale no pierdas el tino, un apapacho, un te quiero... estoy contigo.
Se me pidió que hablara sobre la motivación para el trabajo voluntario. La palabra voluntario me brincó y me hizo zambullirme en el tumbaburros en busca de respuestas. Encontré lo siguiente: "Voluntariamente: es un adjetivo que quiere decir de modo voluntario, espontáneo y tiene como sinónimo: amablemente, buenamente, con gusto, de buen grado, ¿gustoso?
La palabra voluntario o voluntaria, nos dice: "Hecho mediante un acto de voluntad; acto voluntario. Que se hace por espontánea voluntad. Persona que ejecuta un trabajo o un servicio sin estar obligado." Porque claro, a veces nos descubrimos metidas en un ajo sin desearlo ni procurarlo.
¿Te acuerdas de aquel mi novio al que le decían el Chato? Pues nada, que resultó rete abusado y que un curso aquí y otro allá, y que se sacó una beca, y que es amigo de fulanito y que otra junta más y que llegó a diputado, a senador, a gobernador del estado y a secretario... y heme aquí, yo, su mujer, al frente del trabajo voluntario. ¿Voluntario? voluntario, voluntario... ¿Quién me preguntó, quién pidió mi opinión? ¿Que sé yo del trabajo comunitario? ¿De programas de abuso de menores y las consecuencias de la drogadicción? Y luego esas reuniones donde asisten las señoras, donde ellas se conocen desde hace mucho y yo soy la nueva, donde ellas sí saben cómo se organiza el asunto y yo no; donde seguro estarán mucho mas capacitadas que yo con mi título de: A.V. Q. H. M. l. l. (A Ver Que Hago Mientras Lo Logro). Y luego eso de tener que andar siempre tan elegante, tan puesta "ese no porque ya me lo vieron", ese tampoco porque se parece a uno que tiene la Chiquis y además ya ni me gusta tanto y menos me queda... y luego lo peor de todo, la hora de los discursos, y la pesadilla mayor "señora..¿que opina del alza desorbitada de los jitomates amarillos en el proceso de fermentación? Pues para no fallarle no me queda más remedio que responder lo que suelo contestar cuando no entiendo nada... "Muy interesante".
¿Voluntario, voluntario? Lo del poder no está tan mal. ¿Que horas son? Las que usted quiera señora. La palabra mágica que abre todas las puertas. "Lo quiere la señora." Supe de una que comentó que le gustaría aprender guitarra y al día siguiente le llegaron 46 instrumentos a su casa. De pronto nuestros chistes son mas simpáticos, nuestros comentarios más inteligentes y nuestros programas "cambiarán el curso de la historia nacional." Olvidamos en medio de esa bruma que nos envuelve y marea, que el primer día del séptimo año termina siempre por llegar tarde o temprano; a veces antes de lo previsto, atropellándonos, y entonces nuestros chistes pierden su gracia, nuestros comentarios, el valor que los hacían "imprescindibles de publicar"... nuestros títulos nobiliarios y alcurnias se diluyen como agua entre nuestros dedos sin poderlo evitar. Nadie habla de esto. No. Nadie habla de temas como el dolor, la vejez, las arrugas, la edad, el peso. Tal vez si los ignoramos no lleguen o por lo menos se dilaten un poco más. Tampoco se habla del primer día del séptimo año, cuando nuestra elegancia deja de ser modelo a seguir, y nuestra sabiduría consuelo; donde con dolor descubrimos que aquella placa de aquel lugar que inauguramos tiene el nombre de la señora en turno. ¿Y luego? En realidad, cuando ya no existe nada del glamour y el noticiero; cuando se apaga el ruido del enjambre de asistentes y ayudantes a nuestro alrededor... ¿Qué nos queda entonces? ¿Qué prevalece en el silencio de nuestro rincón íntimo? Únicamente encontraremos en ese baúl que siempre dice la verdad, la inmensa satisfacción del trabajo voluntario realizado. Porque en medio de todo esto, hay algo que debemos tener claro. ¿Por que trabajamos? ¿Para quién? ¿Para que se nos reconozca? ¿Para que se vea? ¿Para apoyar al Chato? ¿Para que la señora y todas las demás lo vean? ¿Para competir? ¿Para controlar a las señoras a mí cargo? ¿Para salir en la televisión? Todo eso pasa, todo eso se acaba y lo único que nos va a producir es una gran insatisfacción y dolor cuando nos demos cuenta de que no hay nada detrás... que ¡pafff! el sueño terminó. Lo único verdadero que nos queda, es ese conocimiento, que lo sepan o no, lo reconozcan o no, con plaquita o sin ella, nosotros sabemos, que ésta o aquella obra, se hizo porque al estar segura de que se necesitaba, creímos en ella, luchamos y nos comprometimos con su creación. Porque nos dio la gana.
"Al final, las obras quedan, las gentes se van, otros que vienen las continuarán la vida sigue igual" Canta Julio Iglesias.... y tiene razón. Mi papá, Jorge Robleda Casares, murió hace 25 años. En ese entonces, el era jefe de la zona de pesca en la península de Yucatán, y andaba sembrando huevos de tortuga para protegerlas antes de que estuviera de moda la ecología. Poco después de fallecer, se construyó el primer barco camaronero del estado de Quintana Roo en una cooperativa que él estuvo promoviendo y como un homenaje, al barco le pusieron el Don Jorge Robleda. El año pasado, 25 años después, fuimos toda la familia a Isla Mujeres y vistamos al Don Jorge, era importante que los nietos conocieran al abuelo del que solamente saben que vive en una estrella. Picho Magaña, un pescador de entonces, nos platicaba emocionado que el Don Jorge ya se les hundió dos veces, que pero que ellos siempre lo sacan y reparan, porque este barco, representa el espíritu de lucha de los pescadores.
De la misma manera, cuando paso por el periférico y admiro el Museo del Papalote, pienso en los nietos de Cecilia Ochelli diciendo orgullosamente: "Mi abuelita lo hizo". Eso, nadie podrá quitárselo como tampoco nadie podrá quitarnos a nosotros nuestro morral de tesoros, el único que nos podremos llevar, nuestra herencia para las generación futuras ya sea en obras físicas o en la recuperaciones de valores humanos y espirituales, en los cursos de desarrollo humano, capacitación a mujeres, respeto a nuestros indígenas, identidad nacional, escuelas para padres, fomento a la lectura, apapachos a nuestros mayores, o como la campaña que está realizando el DIF y que cada vez que escuchó o veo pienso: !Que importante hablar sobre la familia como un valor¡ Todos lo medios se encargan de decirnos, que lo mejor es una canita al aire sin compromiso. Todas estas obras no se ven, no se ponen plaquitas ni se cortan listones, aparentemente no tienen importancia, porque no son productivas, pero tener esa convicción íntima de saber que estamos participando en la trasformación del universo, por un mundo más justo y si lo queremos ver por el lado egoísta, le estamos evitando al Chato, un problema mayor, porque la vida siempre pasa la factura, y lo que no hagamos por los grupos más necesitados, estos, nos lo exigirán de alguna manera.
Y así cada una de nosotras sabemos en que área le metemos más ganas, en cual nos la jugamos y las que no nos encantan pero ni modos hay que hacerla, porque nos permite crecer al hacer algo que no nos gusta, pero que sabes que es útil a los demás. Porque claro, en este juego existen varias posturas:
1.- Ni modos, el Chato me pidió que lo apoyara.
2.- El Chato está muy ocupado, no tiene tiempo para mí y además quiere que lo ayude... ¡Bah! Ahí la secretaria ejecutiva que cumpla con el numerito...
3.- El Chato esta muy ocupado y yo mientras me entretengo y le hago la vida imposible a la Chiquis como ella me la hizo a mí...
O... La vida me regaló la oportunidad de trasformar el mundo. Quejarse, lo sabe hacer cualquiera, lo difícil, es brincar ese espíritu quejativo y aportar algo que cambie la situación. Tengo en mis manos el privilegio de poder hacer algo por los demás, no exclusivamente cumplir con los programas preestablecidos, sino el poder ir más allá, incluso como custodia que soy de la memoria colectiva, tengo el compromiso de recordarle al Chato (cuando se pueda) sus ilusiones juveniles de trasformar el mundo y lograr su apoyo real para verdaderamente incidir en el cambio.
La vida nos da una nueva oportunidad, el sexenio se encamina hacia la recta final, cada mes que falte, cada día, cada hora, es un tiempo extra con el que contamos para continuar en la lucha. Nueve meses a partir de marzo, nos permitirá dar a luz varios hermosos bebés y todo eso, sin antojos y sin perder la línea. No permitamos que la desidia, la flojera, el que dirán, el egoísmo, y la abulia nos quiten esta increíble oportunidad y se llama oportunidad, porque esta pasa y se va y el "lo hubiera hecho" ¿quién nos lo quita?
Y no estamos solas en esta empresa, aquí esta la muestra, miren cuantas somos y ahí afuera, somos más. Hoy estamos descubriendo que tenemos muchas cosas en común que un Chato y una lucha por fortalecer nuestra autoestima. Demostremos al mundo y a nosotras mismas, que las mujeres unidas pueden hacer muchísimo más; dejemos de vernos como enemigas, abajo las etiquetas sexenales, de equipos o partidos políticos. Esa concepción, nos permitirá continuar colaborando con puesto oficial o sin él. Lo único que importa, es México. Y en este momento difícil que vivimos en el país y en el mundo, sepamos asumir voluntariamente, nuestro papel de líderes en nuestras comunidades, entonces, todo será mas fácil; un liderazgo útil para los demás, no para beneficio de una autocomplacencia o de unos pocos, sino de transformación verdadera. No nos perdamos en la visión corta e inmediata, seamos lo suficientemente generosas para poner los cimientos que vestirán tal vez a las esposas de otros Chatos, pero que nuestros hijos y sus hijos disfrutarán.
Me siento incapaz de ofrecer recetas, tal vez compartir con ustedes, los recordatorios que me hago cada mañana:
Un poco de amabilidad puede hacer la diferencia.
Un reportarse a las llamadas telefónicas nos prepara para el futuro.
La esperanza y la alegría son músculos que se ejercita al igual que la panza o el cuello.
Estoy de paso, únicamente soy un instrumento del Jefe Mayor o como cada quien lo llame en el fondo de su corazón.
Que afortunada soy, la vida me dio los medios de poder hacer algo. Porque hay tres tipos de personas: las que ven que las cosas pasan, las que ni se enteran, y las que hacen que las cosas sucedan.
Dale, dale, dale no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino. Si dejamos de darle, de soñar, de intentar, de crear, perdemos la práctica, perdemos el tino y si perdemos el camino, ¿qué será de nosotros?
Entablemos una relación de complicidad entre nosotras, ¿se imaginan todo lo que podríamos lograr si con ese espíritu de aliadas, nos apoyamos, nos estimulamos, nos enriquecemos, en lugar de minimizarnos? Las operaciones que siempre hay que hacer son: sumar, multiplicar, nunca restar o dividir:"Esa no, porque es una chismosa, esa tampoco, porque su marido no llega ni a director general". Muchas veces me pregunto ante el dicho de "mujeres juntas... ni difuntas". ¿Quien logró dividirnos? "Divide y vencerás se ha dicho", y tienen razón. Nos han dividido, nos han enfrentado, nos han quitado fuerza y el poder en grupillos es mezquino y nos empobrece a todos. Firmemos hoy alianzas intersecretariales, interestatales, interdecentralizados, ínter todas con todas, que la reconciliación por la paz comience por nosotras y entre nosotras, las alianzas son mas fuertes que los tiempos políticos y los grupos. Somos las mujeres de México luchando unidas en beneficio de nuestro país, entonces sí, el voluntariado, como voluntad generosa comprometida con la vida.
Y sobre todo, tengamos la claridad suficiente de darnos cuenta de que hay millones de mujeres ahí afuera y somos unas pocas las aquí presentes; la vida nos regaló esta oportunidad de colaborar con la trasformación del mundo, y ese hoyo de vacío que a veces sentimos y que todos los días intentamos llenar de ruido, actividad y utilizando la tarjeta de crédito… únicamente se llena, dando. Curiosamente esto podría sonar contradictorio... ¿Cómo se llena dando? Pues así, mientras más doy, mas recibo de ti y de lo mejor de mi misma.
No me queda más que decir, que el mundo se trasformó cuando el hombre logró atrapar el fuego, ya les decía, que estoy segura que fue un ella la que lo consiguió en su deseo de mantener la cueva calientita para sus cachorros, lo que no les dije, es que creo firmemente que no sólo fue lograr atrapar el fuego lo que cambió el curso de la historia, sino que en ese momento... se inventó el amor, porque hubo alguien que salió de la seguridad de su espacio en busca de descubrir como hacer para que los demás puedan vivir mejor; en ese momento, perdido en los orígenes del tiempo floreció el sentimiento que nos da valor real a los seres humanos, ¿qué importa cuanto sabes? ¿Cuanto tienes o cuantas personas están a tu servicio? el amor será lo único que nos da la verdadera dimensión. Sin él, la vida sería una serie de repeticiones interminables: nacer crecer, reproducirse, comprar, acumular y morir. El amor, es el único que nos permite ver un día distinto a otro, una sonrisa diferente a aquella; el amor, mas allá de la relación de pareja, mas allá del sentimiento y de la cercanía, es el que nos impulsa a mantener la cueva calientita para este y aquél, para todos y entonces sí, esa desconocida que realizó el primer trabajo voluntario como primer acto de amor es la que hasta el día de hoy nos estimula en nuestro diario quehacer, hoy aquí en este puesto, mañana donde la vida nos lleve, continuaremos manteniendo viva la flama que conserve la mesa puesta, el sitio de descanso y el apapacho regenerador, a todos los habitantes que conforman la gran cueva que es nuestro planeta tierra.
VOLUNTARIADO NACIONAL
COCOYOC MORELOS a 3 de Marzo de 1994
Margarita Robleda Moguel
Dicen los estudiosos que la vida cambió cuando el hombre logró dominar el fuego utilizándolo para su beneficio.
Durante miles de años, la mujer ha ido guardando información en su corazón; siempre presente, atenta, dispuesta, pendiente, abierta... porque ¿saben?, estoy segura de que fue un ella la que logró atrapar el fuego en su preocupación por mantener calientita la cueva donde dormían sus cachorros; como ha de haber sido una ella, la que ideó las primeras vasijas para guardar el agua en lugar de ir a beber directamente al arroyo. Y debe de haber visto como los mamíferos alimentaban a sus crías y comenzó a atraparlos, no por el premio inmediato de su carne, sino por la posibilidad de tener cerca y siempre leche fresca. Y si el hombre iba de caza y tardaba días y noches completos sin regresar, y la familia comenzaba a sentir las punzadas del hambre... seguramente fue un ella la que molió los granos que crecían silvestres a la entrada del hogar y descubrió que mezclando ese polvo con agua, se hacía una pasta que podía cocer sobre una piedra caliente, surgiendo así, el primer pan nuestro de cada día.
Y estoy segura de que observando las estaciones, el movimiento del sol, la presencia y las ausencias en cuartos crecientes y menguantes de la luna, comenzó a sembrar esas semillas que dejaron de ser silvestres para convertirse en un producto planeado que con el tiempo transformó la vida de los hombres y las mujeres, de los niños y de las niñas, hasta nuestros días. Le puso nombre a las cosas que veía a su alrededor e inventó los primeros números para tener ubicado a sus cachorros. Seguramente fue una ella la que inventó las primeras palabras que tenían que ver con las necesidades de los demás; los arrullos se volvieron rondas y rimas, canciones y leyendas.
La mujer desde entonces, desde siempre, ha guardado toda esta información en su corazón y lo mismo sabe de como curar un catarro con caldito de pollo y agua de limón, como sacar lombrices con thes de epazote, como cambiar una llanta o remendar heridas en la rodilla o en le corazón; como manejar una cuenta bancaria en receso o en abundancia y administrar algo tan variado y exigente como un hogar.
Es pedagoga, mecánica, electricista, administradora de empresas, salvavidas, modista, secretaria, chofer, proveedora, ángel de la guardia, mamá, doctora corazón, memoria, conciencia y etcétera con todos los etcéteras del mundo; porque además de todo, debe ser linda, educada, paciente, amable, bien hablada, bien portada, decente, inteligente, de buen carácter y gran corazón.
¿Y que sucede? ¿Donde está esa maravilla de ser humano que es la mujer?
A partir de su experiencia de siglos por mantener la cueva calientita y en orden, la mesa abundante y balanceada; la mujer ha demostrado cuando ha tenido oportunidad, que puede ser una excelente administradora pendiente de ínfimos detalles ocultos al ojo masculino, especialmente de aquellos que tienen que ver con sentimientos y personas.
Aparentemente ha estado oculta tras bambalinas y la historia, mientras los historiadores que la escriben sean hombres, poco dirán del papel primordial de la mujer en el curso de la misma.
Mujeres públicas como una Isabel de Castilla jugándose la corona, las joyas y la buena honra, en pos de una quimera, la loca aventura de encontrar una ruta nueva hacia las indias. O historias ocultas de mujeres anónimas que trasformaron las especies, regalos del nuevo mundo, en platillos que han regresado a nosotros en forma de espagueti a la boloñesa, en papas a la francesa, o en un peligroso pastel de chocolate.
Fue la mujer la que durante miles de años, mantuvo para sí los secretos y maravillas de la concepción, ya que el hombre bien a bien desconocía cual había sido su participación. Y aún hoy en día el concepto de la paternidad parece contradecirse. Son sus hijos en sus diez minutos de bien portados, cuando ellas están vestidas de moños y arandelas y los chavos ganan el partido de fut; son nuestros, cuando hacen berrinche y tienen catarro.
Cuando se me invitó a participar en este encuentro anual del Voluntariado Nacional, traté de imaginar cuál era el público al que iba a dirigir y fue cuando me sorprendió la cantidad de mujeres a las que conocía o con las que había tenido algún contacto en el transcurso de los años.
Y el tiempo se esfumó y del baúl de los recuerdos surgió la imagen de doña Anita Ocelli que se reunía cada semana en casa de mi tía Marianela, la hermana de mi papá, con su grupo de señoras a preparar canastillas para recién nacidos de escasos recursos; en el regreso del tiempo, me fui a las veces que he saludado a Lucila Adame en los pasillos del aeropuerto en sus giras por el país y que me han hecho pensar, que lástima que yo ando girando por otro lado y que no coincidimos en el destino para haber disfrutado juntas el camino.
Si dibujáramos un mapa a lo largo y ancho de la república mexicana, y comenzáramos por el estado de Yucatán, nos encontraríamos con Florinda Peniche que si bien estrena el puesto de presidenta del Dif Estatal, no lo hace en la preocupación por crear una escuela para padres, sobre todo en el interior del estado donde tanto la necesitan. Pensé en Isabel de Villanueva a quién mandamos en estos momentos difíciles un abrazo y en Lydia de Azahar en Campeche. Esta última me entregó en 1991 el Premio Nacional de Cuentos para Niños. Y continuando en el sureste de México, en una tierra que además de otras cosas es cuna de poetas desconocidos, se encuentra la señora López Moreno, Efi de cariño, a quién mi mejor amiga, que resultó prima de su prima, le manda conmigo porras y cariños a los que estoy segura nos unimos todas.
Y nos acercamos al Distrito Federal y muy cerca de él, en el pequeño estado de Tlaxcala, se encuentra una mujer maravillosa que se llama Verónica Razcón, la que desde hace años y desde entonces y desde siempre anda con un proyecto nuevo, una propuesta, una inquietud, o como dirían los poetas, estrenando un sueño.
No he tenido oportunidad de tratar a la señora Barrio, pero sí, a mujeres muy valiosas como las Schmall que forman parte de su equipo.
También pensé en las que ya no están, pero que su trabajo les permitirá estar siempre presente en nuestra memoria y que al mencionarlas, abrimos círculos sexenales, afirmando que las mujeres somos de siempre, no de periodos administrativos, como la incansable Amorita Wesphal y Dulce Riancho de Sauri. Verdaderamente me sorprendió doña Dulce metiéndole tantas ganas y que no me oiga mi mamá, ni las de su generación, pero doña Dulce parecía una chiquita junto a ellas por andar en eso de las carreras de la vida en el quehacer por los demás. Recuerdo el entusiasmo de Nahima Amar de Joaquín en la construcción del centro de la comunidad de Sectur y las veces que fuimos a la comunidad a compartir con las mamás las posibilidades de jugar con sus hijos. Y fue entonces cuando recordé a Erika de Martinez Villicaña, cuando decidió con ese entusiasmo que la caracteriza, que el mejor regalo que les podía dar a los niños del Cendi de aeropuerto era que sus mamás aprendieran a jugar con ellos.
Y la lista parece no acabar, dentro de las instituciones federales, pienso en una Maria Angélica Miner, cuya inquietud por los niños de los hospitales, se trasformó en un libro de rimas en el que jugando jugando, se le explica que no tiene por que temer, que así como los coches entran al taller, a veces, necesitamos reparar nuestro cuerpo... Consuelo de Alzati, siempre sonriente, siempre gentil, conciente de que México necesita dejar de importar tecnología y ante la urgencia de que nuestro país produzca científicos... se preocupa en el cómo entusiasmar a los niños en la ciencia. ¿Como hacérselas cercana?
Conchita Molina de Alcérreca es una mujer alegre y entusiasta que a todos nos contagia en su deseo de hacer cosas por los demás.
¿Qué tiene que ver todo este recorrido turístico, sentimental, nostálgico e institucional con el tema que hoy nos reúne? La verdad es que al ver la extensión de la lista, cualquiera diría que estoy en la política con grandes posibilidades mínimo de una diputación... No. Todo esto habla un poco de la calidad de las mujeres que integran este grupo. A todas ellas y a las que me faltaron, y que espero muy pronto tener oportunidad de conocer, es posible encontrarlas siempre alrededor de la música, de la literatura, de la preocupación por los niños, las mujeres, la familia, los valores, el planeta... la sobre vivencia armoniosa de la especie humana. ¿Que es lo que todas tenemos en común? Simplemente, somos mujeres, con inquietudes y preocupaciones; con amigas y parientes; con alegrías y tristezas, luces y oscuridades, cumbres y abismos. Debajo de nuestras sedas y maquillajes, encontraremos a una mujer, de la que de alguna forma no se esperaba demasiado, bastaba, mantener la cueva calientita para los cachorros, mantener la línea, mantener el buen carácter y el sentido del humor. Parecería que lo único que nos tocaba era mantener algo y debo decir que somos afortunadas, porque en muchos medios les toca, ¡hasta mantener al marido!
La mujer mexicana de fines de siglo, faltando alrededor de 2 000 días para iniciar el nuevo, despega de esa programación exclusiva de mantenimiento y se lanza a conquistar espacios. Y es así como podemos admirar el trabajo y arrojo, de una Maria de los Ángeles Moreno, Ángeles Mastreta, de una Beatriz Paredes, de Maria Elena Chapa o una Angélica Luna Parra, a quienes cuando veo en los medios, no puedo dejar de maravillarme y sentir orgullo de que una como yo, una de mi género se encuentre en esa posición con una propuesta, abriendo brecha para que nuestras hijas puedan aterrizar sueños con mayor facilidad que nosotras.
Andres Gide escribió: "Todas las cosas ya se han dicho, pero como nadie escucha, es preciso comenzar de nuevo". Es por eso que hoy nos reunimos a platicar, a compartir preocupaciones y sueños, nada de lo que diga es nuevo, "no existe nada nuevo bajo el sol" dice el Libro Sabio y tiene razón, pero también es cierto que es muy sano comenzar de nuevo y repasar lo que una y otra vez se nos ha dicho sobre la búsqueda de la felicidad y el sentido de la vida; para ver, si a fuerzas de repetírnoslo, algo se nos pega, y nos brinda un poco de consuelo. Las invito pues, a hablar de esas cosas pequeñas aparentemente sin importancia que la mayoría de las veces hacen la diferencia. Como son un gracias, un vaso de agua fresca, un pan recién horneado, un dale, dale, dale no pierdas el tino, un apapacho, un te quiero... estoy contigo.
Se me pidió que hablara sobre la motivación para el trabajo voluntario. La palabra voluntario me brincó y me hizo zambullirme en el tumbaburros en busca de respuestas. Encontré lo siguiente: "Voluntariamente: es un adjetivo que quiere decir de modo voluntario, espontáneo y tiene como sinónimo: amablemente, buenamente, con gusto, de buen grado, ¿gustoso?
La palabra voluntario o voluntaria, nos dice: "Hecho mediante un acto de voluntad; acto voluntario. Que se hace por espontánea voluntad. Persona que ejecuta un trabajo o un servicio sin estar obligado." Porque claro, a veces nos descubrimos metidas en un ajo sin desearlo ni procurarlo.
¿Te acuerdas de aquel mi novio al que le decían el Chato? Pues nada, que resultó rete abusado y que un curso aquí y otro allá, y que se sacó una beca, y que es amigo de fulanito y que otra junta más y que llegó a diputado, a senador, a gobernador del estado y a secretario... y heme aquí, yo, su mujer, al frente del trabajo voluntario. ¿Voluntario? voluntario, voluntario... ¿Quién me preguntó, quién pidió mi opinión? ¿Que sé yo del trabajo comunitario? ¿De programas de abuso de menores y las consecuencias de la drogadicción? Y luego esas reuniones donde asisten las señoras, donde ellas se conocen desde hace mucho y yo soy la nueva, donde ellas sí saben cómo se organiza el asunto y yo no; donde seguro estarán mucho mas capacitadas que yo con mi título de: A.V. Q. H. M. l. l. (A Ver Que Hago Mientras Lo Logro). Y luego eso de tener que andar siempre tan elegante, tan puesta "ese no porque ya me lo vieron", ese tampoco porque se parece a uno que tiene la Chiquis y además ya ni me gusta tanto y menos me queda... y luego lo peor de todo, la hora de los discursos, y la pesadilla mayor "señora..¿que opina del alza desorbitada de los jitomates amarillos en el proceso de fermentación? Pues para no fallarle no me queda más remedio que responder lo que suelo contestar cuando no entiendo nada... "Muy interesante".
¿Voluntario, voluntario? Lo del poder no está tan mal. ¿Que horas son? Las que usted quiera señora. La palabra mágica que abre todas las puertas. "Lo quiere la señora." Supe de una que comentó que le gustaría aprender guitarra y al día siguiente le llegaron 46 instrumentos a su casa. De pronto nuestros chistes son mas simpáticos, nuestros comentarios más inteligentes y nuestros programas "cambiarán el curso de la historia nacional." Olvidamos en medio de esa bruma que nos envuelve y marea, que el primer día del séptimo año termina siempre por llegar tarde o temprano; a veces antes de lo previsto, atropellándonos, y entonces nuestros chistes pierden su gracia, nuestros comentarios, el valor que los hacían "imprescindibles de publicar"... nuestros títulos nobiliarios y alcurnias se diluyen como agua entre nuestros dedos sin poderlo evitar. Nadie habla de esto. No. Nadie habla de temas como el dolor, la vejez, las arrugas, la edad, el peso. Tal vez si los ignoramos no lleguen o por lo menos se dilaten un poco más. Tampoco se habla del primer día del séptimo año, cuando nuestra elegancia deja de ser modelo a seguir, y nuestra sabiduría consuelo; donde con dolor descubrimos que aquella placa de aquel lugar que inauguramos tiene el nombre de la señora en turno. ¿Y luego? En realidad, cuando ya no existe nada del glamour y el noticiero; cuando se apaga el ruido del enjambre de asistentes y ayudantes a nuestro alrededor... ¿Qué nos queda entonces? ¿Qué prevalece en el silencio de nuestro rincón íntimo? Únicamente encontraremos en ese baúl que siempre dice la verdad, la inmensa satisfacción del trabajo voluntario realizado. Porque en medio de todo esto, hay algo que debemos tener claro. ¿Por que trabajamos? ¿Para quién? ¿Para que se nos reconozca? ¿Para que se vea? ¿Para apoyar al Chato? ¿Para que la señora y todas las demás lo vean? ¿Para competir? ¿Para controlar a las señoras a mí cargo? ¿Para salir en la televisión? Todo eso pasa, todo eso se acaba y lo único que nos va a producir es una gran insatisfacción y dolor cuando nos demos cuenta de que no hay nada detrás... que ¡pafff! el sueño terminó. Lo único verdadero que nos queda, es ese conocimiento, que lo sepan o no, lo reconozcan o no, con plaquita o sin ella, nosotros sabemos, que ésta o aquella obra, se hizo porque al estar segura de que se necesitaba, creímos en ella, luchamos y nos comprometimos con su creación. Porque nos dio la gana.
"Al final, las obras quedan, las gentes se van, otros que vienen las continuarán la vida sigue igual" Canta Julio Iglesias.... y tiene razón. Mi papá, Jorge Robleda Casares, murió hace 25 años. En ese entonces, el era jefe de la zona de pesca en la península de Yucatán, y andaba sembrando huevos de tortuga para protegerlas antes de que estuviera de moda la ecología. Poco después de fallecer, se construyó el primer barco camaronero del estado de Quintana Roo en una cooperativa que él estuvo promoviendo y como un homenaje, al barco le pusieron el Don Jorge Robleda. El año pasado, 25 años después, fuimos toda la familia a Isla Mujeres y vistamos al Don Jorge, era importante que los nietos conocieran al abuelo del que solamente saben que vive en una estrella. Picho Magaña, un pescador de entonces, nos platicaba emocionado que el Don Jorge ya se les hundió dos veces, que pero que ellos siempre lo sacan y reparan, porque este barco, representa el espíritu de lucha de los pescadores.
De la misma manera, cuando paso por el periférico y admiro el Museo del Papalote, pienso en los nietos de Cecilia Ochelli diciendo orgullosamente: "Mi abuelita lo hizo". Eso, nadie podrá quitárselo como tampoco nadie podrá quitarnos a nosotros nuestro morral de tesoros, el único que nos podremos llevar, nuestra herencia para las generación futuras ya sea en obras físicas o en la recuperaciones de valores humanos y espirituales, en los cursos de desarrollo humano, capacitación a mujeres, respeto a nuestros indígenas, identidad nacional, escuelas para padres, fomento a la lectura, apapachos a nuestros mayores, o como la campaña que está realizando el DIF y que cada vez que escuchó o veo pienso: !Que importante hablar sobre la familia como un valor¡ Todos lo medios se encargan de decirnos, que lo mejor es una canita al aire sin compromiso. Todas estas obras no se ven, no se ponen plaquitas ni se cortan listones, aparentemente no tienen importancia, porque no son productivas, pero tener esa convicción íntima de saber que estamos participando en la trasformación del universo, por un mundo más justo y si lo queremos ver por el lado egoísta, le estamos evitando al Chato, un problema mayor, porque la vida siempre pasa la factura, y lo que no hagamos por los grupos más necesitados, estos, nos lo exigirán de alguna manera.
Y así cada una de nosotras sabemos en que área le metemos más ganas, en cual nos la jugamos y las que no nos encantan pero ni modos hay que hacerla, porque nos permite crecer al hacer algo que no nos gusta, pero que sabes que es útil a los demás. Porque claro, en este juego existen varias posturas:
1.- Ni modos, el Chato me pidió que lo apoyara.
2.- El Chato está muy ocupado, no tiene tiempo para mí y además quiere que lo ayude... ¡Bah! Ahí la secretaria ejecutiva que cumpla con el numerito...
3.- El Chato esta muy ocupado y yo mientras me entretengo y le hago la vida imposible a la Chiquis como ella me la hizo a mí...
O... La vida me regaló la oportunidad de trasformar el mundo. Quejarse, lo sabe hacer cualquiera, lo difícil, es brincar ese espíritu quejativo y aportar algo que cambie la situación. Tengo en mis manos el privilegio de poder hacer algo por los demás, no exclusivamente cumplir con los programas preestablecidos, sino el poder ir más allá, incluso como custodia que soy de la memoria colectiva, tengo el compromiso de recordarle al Chato (cuando se pueda) sus ilusiones juveniles de trasformar el mundo y lograr su apoyo real para verdaderamente incidir en el cambio.
La vida nos da una nueva oportunidad, el sexenio se encamina hacia la recta final, cada mes que falte, cada día, cada hora, es un tiempo extra con el que contamos para continuar en la lucha. Nueve meses a partir de marzo, nos permitirá dar a luz varios hermosos bebés y todo eso, sin antojos y sin perder la línea. No permitamos que la desidia, la flojera, el que dirán, el egoísmo, y la abulia nos quiten esta increíble oportunidad y se llama oportunidad, porque esta pasa y se va y el "lo hubiera hecho" ¿quién nos lo quita?
Y no estamos solas en esta empresa, aquí esta la muestra, miren cuantas somos y ahí afuera, somos más. Hoy estamos descubriendo que tenemos muchas cosas en común que un Chato y una lucha por fortalecer nuestra autoestima. Demostremos al mundo y a nosotras mismas, que las mujeres unidas pueden hacer muchísimo más; dejemos de vernos como enemigas, abajo las etiquetas sexenales, de equipos o partidos políticos. Esa concepción, nos permitirá continuar colaborando con puesto oficial o sin él. Lo único que importa, es México. Y en este momento difícil que vivimos en el país y en el mundo, sepamos asumir voluntariamente, nuestro papel de líderes en nuestras comunidades, entonces, todo será mas fácil; un liderazgo útil para los demás, no para beneficio de una autocomplacencia o de unos pocos, sino de transformación verdadera. No nos perdamos en la visión corta e inmediata, seamos lo suficientemente generosas para poner los cimientos que vestirán tal vez a las esposas de otros Chatos, pero que nuestros hijos y sus hijos disfrutarán.
Me siento incapaz de ofrecer recetas, tal vez compartir con ustedes, los recordatorios que me hago cada mañana:
Un poco de amabilidad puede hacer la diferencia.
Un reportarse a las llamadas telefónicas nos prepara para el futuro.
La esperanza y la alegría son músculos que se ejercita al igual que la panza o el cuello.
Estoy de paso, únicamente soy un instrumento del Jefe Mayor o como cada quien lo llame en el fondo de su corazón.
Que afortunada soy, la vida me dio los medios de poder hacer algo. Porque hay tres tipos de personas: las que ven que las cosas pasan, las que ni se enteran, y las que hacen que las cosas sucedan.
Dale, dale, dale no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino. Si dejamos de darle, de soñar, de intentar, de crear, perdemos la práctica, perdemos el tino y si perdemos el camino, ¿qué será de nosotros?
Entablemos una relación de complicidad entre nosotras, ¿se imaginan todo lo que podríamos lograr si con ese espíritu de aliadas, nos apoyamos, nos estimulamos, nos enriquecemos, en lugar de minimizarnos? Las operaciones que siempre hay que hacer son: sumar, multiplicar, nunca restar o dividir:"Esa no, porque es una chismosa, esa tampoco, porque su marido no llega ni a director general". Muchas veces me pregunto ante el dicho de "mujeres juntas... ni difuntas". ¿Quien logró dividirnos? "Divide y vencerás se ha dicho", y tienen razón. Nos han dividido, nos han enfrentado, nos han quitado fuerza y el poder en grupillos es mezquino y nos empobrece a todos. Firmemos hoy alianzas intersecretariales, interestatales, interdecentralizados, ínter todas con todas, que la reconciliación por la paz comience por nosotras y entre nosotras, las alianzas son mas fuertes que los tiempos políticos y los grupos. Somos las mujeres de México luchando unidas en beneficio de nuestro país, entonces sí, el voluntariado, como voluntad generosa comprometida con la vida.
Y sobre todo, tengamos la claridad suficiente de darnos cuenta de que hay millones de mujeres ahí afuera y somos unas pocas las aquí presentes; la vida nos regaló esta oportunidad de colaborar con la trasformación del mundo, y ese hoyo de vacío que a veces sentimos y que todos los días intentamos llenar de ruido, actividad y utilizando la tarjeta de crédito… únicamente se llena, dando. Curiosamente esto podría sonar contradictorio... ¿Cómo se llena dando? Pues así, mientras más doy, mas recibo de ti y de lo mejor de mi misma.
No me queda más que decir, que el mundo se trasformó cuando el hombre logró atrapar el fuego, ya les decía, que estoy segura que fue un ella la que lo consiguió en su deseo de mantener la cueva calientita para sus cachorros, lo que no les dije, es que creo firmemente que no sólo fue lograr atrapar el fuego lo que cambió el curso de la historia, sino que en ese momento... se inventó el amor, porque hubo alguien que salió de la seguridad de su espacio en busca de descubrir como hacer para que los demás puedan vivir mejor; en ese momento, perdido en los orígenes del tiempo floreció el sentimiento que nos da valor real a los seres humanos, ¿qué importa cuanto sabes? ¿Cuanto tienes o cuantas personas están a tu servicio? el amor será lo único que nos da la verdadera dimensión. Sin él, la vida sería una serie de repeticiones interminables: nacer crecer, reproducirse, comprar, acumular y morir. El amor, es el único que nos permite ver un día distinto a otro, una sonrisa diferente a aquella; el amor, mas allá de la relación de pareja, mas allá del sentimiento y de la cercanía, es el que nos impulsa a mantener la cueva calientita para este y aquél, para todos y entonces sí, esa desconocida que realizó el primer trabajo voluntario como primer acto de amor es la que hasta el día de hoy nos estimula en nuestro diario quehacer, hoy aquí en este puesto, mañana donde la vida nos lleve, continuaremos manteniendo viva la flama que conserve la mesa puesta, el sitio de descanso y el apapacho regenerador, a todos los habitantes que conforman la gran cueva que es nuestro planeta tierra.
1 comentario:
HERMOSA BELLA MAGICA ASI ERES Y SEG
UIRAS SIENDO AMIGOCHA DEL ALMA}SOY TU AMIGO PEDRO DEL DESIERTO SEGUIMOS VIVOS MUY LEJOS DEL CENTRO PERO CERCA DE LOS GRINGOS JAJAJA
CUIDATE BELLA NECESITAMOS MAS GENTE COMO TU PERO VEO QUE ESTAN EN VIAS DE EXTINCION, DEBEMOS CUIDAR A LOS ARTISTAS NATOS O DE PLASTICO. MIL BEOS
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